Valor del agua y precios
Valor del agua los economistas afirman que el precio de un bien es lo que uno paga por él, mientras que el valor es lo que uno recibe por su uso. Históricamente, la diferencia entre ambos conceptos ha sido uno de los temas económicos más confusos y que más controversia social y política ha provocado. En el caso del agua, esta dicotomía está polarizada al máximo: el agua es un bien de altísimo valor, ya que nadie podría vivir sin ella; sin embargo, en el mundo industrializado, pagamos un precio mucho menor que otros bienes que no son imprescindibles para la vida. El valor tiene una connotación subjetiva que depende de factores personales, climáticos y sociales. No vale lo mismo el agua para un agricultor que para un habitante urbano, ni vale lo mismo para un habitante de Escandinavia que para un nómada del Sahel. Muchas personas desconocen el valor del medioambiente que les rodea y por ello tampoco del agua que lo mantiene. Y también muchos desconocen la importancia del ciclo del agua, que es el gran motor de la naturaleza del que todos dependemos y el elemento que mantiene el medio ambiente tal como lo conocemos.
El precio del agua: de los costes reales a las emociones
El agua es un recurso natural, y por tanto pertenece a todos, pero para garantizar el suministro, su calidad y el equilibrio medioambiental son necesarias infraestructuras y tecnología, lo que genera un coste por el que hay que pagar, ¿a qué precio? Esta cuestión, que se plantea crucial para la humanidad, fue uno de los temas de debate en la World Majlis | The Price of Water el pasado 22 de marzo, el Día Mundial del Agua, en la Expo 2020 de Dubái en la que participó nuestro director, Carlos Garriga, junto a un panel internacional de expertos formado por Asit K. Biswas, Samer Aljishi, Jamila Bargach, David Hannah, Susan Moisio y Abishek S Narayan. El debate, que abordó el tema desde los enfoques tecnológicos, medioambientales y de la gestión hídrica, fue moderado por John Defterios. Más del 70% del agua del planeta se la lleva la agricultura, un sector directamente relacionado con la gobernanza y muy sensible a cambios en la gestión. Para el profesor de Singapur Asit K. Biswas, poner precio al agua agrícola es algo siempre conflictivo: “No conozco ningún país que ponga precio al agua para uso agrícola. Y una vez que un gobierno ha empezado a subsidiar a los agricultores, es muy difícil retirar este subsidio”.La conflictividad entre el agua para la agricultura y el uso doméstico e industrial, es internacional. La ingeniera estadounidense Susan Moisio señaló que no valoramos los distintos tipos de agua por igual y puso el ejemplo del notable estrés hídrico que vive California: “Clasificamos el agua como potable, agua residual, agua de escorrentía y agua subterránea, y tenemos enfoques distintos en cada caso. No la valoramos como una sola agua, y lo que está pasando con la alarmante falta de agua en California nos obliga a pensar que debemos cambiar el enfoque”.





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