¿Por qué necesito filtrar el agua?
El agua que consumimos día a día ha pasado por varios procesos para que sea potable, uno de ellos que muchas veces se nos repite es filtrar el agua. Este proceso lo hemos experimentado en la escuela de una forma sencilla al pasar agua con piedras a un contenedor diferente por medio de una malla o tela fina para que se separen las partículas de tierra. Pero para obtener nuestra agua potable pasa por un proceso meticuloso para filtrar el agua de manera correcta y que no pierda sus minerales. Algunos de estos procesos de filtración ayudan a mineralizar el agua.
El proceso de filtración elimina los sólidos y agentes contaminantes (virus, parásitos y bacterias) que tiene el agua en su origen para que podamos consumirla sin riesgo de enfermar. Por lo tanto, el agua purificada tiene propiedades buenas para la salud en la medida en que no contiene patógenos ni sustancias nocivas.
Tipos de filtración
Dentro de la intervención artificial, existen distintos tipos de filtración que tienen distintos resultados. A continuación, te explicamos algunos:
Microfiltración
Generalmente se llama microfiltración al proceso de filtración con membranas cuyos tamaños de poro varían entre 0,1 y 10 micrones. Con estas membranas se retienen partículas en suspensión con tamaños dentro del rango de los poros o mayores, dejando pasar las partículas de dimensiones menores.
Ultrafiltración
Generalmente se considera ultrafiltración la que se obtiene utilizando membranas cuyos poros permiten separar moléculas con un peso molecular superior a los 10³ Daltón/gmol. Con estas membranas se logra separar y concentrar proteínas, desinfectar el agua reteniendo bacterias y virus, etc.
Nanofiltración
Las membranas utilizadas en la nanofiltración son capaces de retener moléculas sin carga eléctrica con peso molecular superior a los 200 dalton/gmol. Este tipo de filtración es usado para concentrar compuestos orgánicos y para desmineralizar parcialmente el solvente.
Fases de purificación del agua
Conociendo ya los tipos de filtración, el siguiente paso el es proceso. Una de las formas más comunes para obtener el agua purificada que tomamos día a día es la siguiente:
1) Fuente de origen del agua purificada
Es el paso más obvio para obtener agua purificada: localizar de dónde se obtiene. El agua para fines potables se capta de las lluvias, de las aguas subterráneas y de los lagos y ríos. El líquido se vierte en tanques especiales para su procesamiento.
2) Pretratamiento: retiro de sólidos grandes
El agua cruda se pasa por unas rejillas para retener posibles sólidos de gran tamaño como ropa, basura, artefactos, ramaje o desperdicios.
3) Coagulación
En esta etapa se agregan componentes coagulantes para ajustar o corregir el PH en el filtrado del agua.
4) Decantación
Es el paso que reduce la velocidad del agua para separar partículas en suspensión. ¿Para qué sirve esto en el proceso de filtración de agua? El sedimento perjudicial se retiene y elimina. De esa forma el vital líquido está listo para pasar a la próxima etapa.
5) Filtración del agua
Aquí la función principal es pasar el agua por un filtro poroso.
6) Cloración
Para crear agua filtrada hay que añadir cloro al agua porque éste permite eliminar agentes patógenos. Una alternativa al uso de compuestos clorados es la implementación de ozono o la irradiación de rayos ultravioletas.
Después del proceso de cloración, el agua finaliza en una etapa de almacenamiento y análisis. El líquido debe ser incoloro, insípido e inodoro y ajustarse al marco legal del país donde se distribuye y consume.
Propiedades de filtrar el agua
A demás de que no pierde ninguna de sus propiedades previas, el agua filtrada y purificada resulta más sana para nuestro cuerpo. Esta protege a nuestro cuerpo de enfermedades derivadas de la polución del agua de consumo. También en el proceso se pueden adquirir minerales (como en el caso de los ríos y las rocas) por el constante rose entre los materiales.
En definitiva, cuanto más filtrada, más purificada. Y cuanto más purificada, mejor es para nuestra salud.
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