La importancia del agua para el cerebro es similar a la de otras partes del cuerpo. Una hidratación adecuada ayuda a tener pensamientos más claros, una mejor memoria, y enfoque y concentración aumentados.
Alrededor del 60% de nuestros cuerpos es agua. Sin embargo, este es un porcentaje promedio, pero cada parte del cuerpo tiene su propia proporción de líquidos. Por ejemplo, la de los músculos es 80%, mientras que los huesos es 30%. En el caso del cerebro, el número es 75%, haciéndolo uno de los órganos más acuosos.
Hay varias maneras en las que hidratarse facilita las funciones cerebrales.
Mejora el bienestar psicológico y ayuda al buen humor
El cerebro debe estar bien hidratado para producir neurotransmisores como dopamina y serotonina, los cuales son esenciales para regular el humor. También asegura el funcionamiento adecuado de los neurotransmisores y de procesos químicos.
Se ha demostrado que la deshidratación puede llevar a un estado de ánimo alterado, niveles más bajos de felicidad y aumento de problemas de salud mental. Además, aumenta los niveles de cortisol, una hormona que aumenta la tensión y la irritabilidad. Si no se atiende, el exceso de cortisol puede llevar a problemas como la pérdida de neuronas, la reducción del tamaño del cerebro y la interrupción de la comunicación entre neuronas, lo que lleva a problemas psicológicos como el aislamiento social.
Mejora el enfoque y el proceso de pensamiento
El agua ayuda a las neuronas a comunicarse entre ellas, limpia toxinas y desechos que dañan la función cerebral y lleva nutrientes al cerebro. Todo esto falla si los niveles de líquidos caen.
Mantenerse hidratado está ligado a una toma de decisiones más rápida y un desempeño mejorado en pruebas cognitivas, mejor concentración y memoria a corto plazo, y mejores calificaciones en exámenes académicos. Además, mejora la capacidad de enfoque y reduce la fatiga mental, y fortalece las funciones cognitivas, incluyendo el estado de alerta, menos confusión y aprendizaje mejorado.
Ayuda a tener un sueño más profundo
Cuando dormimos, el cerebro se cura, se deshace de toxinas y genera nuevas neuronas. Dormir lo suficiente tiene beneficios en la salud cerebral, incluyendo una mejor memoria, estado de alerta, enfoque, concentración, estado de ánimo, un aumento en el bienestar psicológico y en el balance de hormonas y neurotransmisores.
Beber más agua permite descansar mejor. Los niveles de fluidos en el cuerpo influencian los ciclos de sueño, la temperatura corporal, el metabolismo, las hormonas y muchas otras funciones ligadas a la salud del sueño. Se cree que las personas deshidratadas tienden a tener ciclos de sueño más cortos.
Sin duda, la hidratación afecta de manera importante al cerebro, su funcionamiento y su salud a largo plazo. Es fundamental tener esto en cuenta y observar nuestro consumo diario de agua para detectar cualquier potencial problema que pudiera estar causando en nuestro desempeño diario, ya sea nuestro enfoque en las tareas del día a día o en nuestro descanso.
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