Con la llegada de la primavera, llegan también los días calurosos. Empiezan con un poco de calor algunos días, pero conforme avanza la estación, se hace cada vez más constante. Y eso sin mencionar la llegada del verano más adelante, donde las temperaturas son cada vez más altas y difíciles de soportar. Ante este clima, sabemos que beber agua es el mejor hábito contra el calor. Pero, ¿cómo funcionan la termorregulación corporal?
¿Cómo funciona la termorregulación corporal?
En el cuerpo humano, el encargado de regular la temperatura es la región cerebral del hipotálamo. El hipotálamo es sumamente sensible a la temperatura, ya que si supera los 40 °C, deja de funcionar, mandando al cuerpo a un estado de insolación o golpe de calor. Se ayuda de termorreceptores que se encuentran en la piel, que lo informan sobre las temperaturas interna y externa. Después, el hipotálamo puede enviar una respuesta al cuerpo para combatir el calor.
Esta respuesta se manifiesta en dos mecanismos:
Vasodilatación: los capilares sanguíneos que están cerca de la piel se dilatan, dejando más sangre expuesta al aire. Así, la sangre se enfría y por consecuencia, enfría el resto del cuerpo
Transpiración: las glándulas sudoríparas producen sudor y lo expulsan a la superficie de la piel. El sudor se evapora, disipando así el calor y creando un efecto enfriador. La transpiración es el mecanismo más eficiente e importante que tiene el cuerpo contra el calor.
El papel del agua
Como se mencionó antes, la transpiración es de suma importancia para combatir las altas temperaturas. Y, como al sudar el cuerpo pierde líquidos, hidratarse constantemente es esencial para la termorregulación corporal, y mantenernos a una temperatura a la que nuestro organismo pueda funcionar.
Durante los meses de calor, lo recomendado es incrementar la ingesta de líquidos. También se recomienda no esperar a que se tenga sed para tomar agua, sino beber agua constantemente durante el día para evitar la insolación y mantenernos frescos.
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